Muchas veces algunas personas son sometidas a dietas con nulo contenido de hidratos de carbono. Solo ingieren proteinas y lípidos (grasas).
La finalidad es que esto provoque un descenso rápido de peso. Si bien este objetivo generalmente se cumple, y es más notorio en individuos obesos, trae aparejado una serie de trastornos a corto plazo. La perdida de peso se debe a
una baja en el consumo de hidratos de carbono, responsables del aporte de un poco más de la mitad de las calorías ingeridas en una dieta normal. La función de los hidratos de carbono es muy importante en nuestro metabolismo. Si son totalmente eliminados, se generaran una serie de eventos negativos para el metabolismo. Por un lado se aumenta la excreción de agua y minerales como sodio y potasio. Ya que los carbohidratos se encargan de retener en el organismo el agua y los minerales citados. Por otro lado se acumulan unos componentes llamados cuerpos cetónicos, cuya formación es derivada de la cantidad excesiva de grasas que suelen acompañar a estas dietas. Estos cuerpos cetónicos provocan entre otras cosas un aumento del acido úrico en sangre que es nocivo para el organismo. Los síntomas que pueden acompañar a estos desordenes metabólicos son: Fatiga, cansancio muscular y hasta náuceas y vómitos en algunos casos. Por los peligros de las dietas hipocalóricas recien expuestos, si se toma la decisión de adoptar esta dieta es conveniente consultar antes con un facultativo.
una baja en el consumo de hidratos de carbono, responsables del aporte de un poco más de la mitad de las calorías ingeridas en una dieta normal. La función de los hidratos de carbono es muy importante en nuestro metabolismo. Si son totalmente eliminados, se generaran una serie de eventos negativos para el metabolismo. Por un lado se aumenta la excreción de agua y minerales como sodio y potasio. Ya que los carbohidratos se encargan de retener en el organismo el agua y los minerales citados. Por otro lado se acumulan unos componentes llamados cuerpos cetónicos, cuya formación es derivada de la cantidad excesiva de grasas que suelen acompañar a estas dietas. Estos cuerpos cetónicos provocan entre otras cosas un aumento del acido úrico en sangre que es nocivo para el organismo. Los síntomas que pueden acompañar a estos desordenes metabólicos son: Fatiga, cansancio muscular y hasta náuceas y vómitos en algunos casos. Por los peligros de las dietas hipocalóricas recien expuestos, si se toma la decisión de adoptar esta dieta es conveniente consultar antes con un facultativo.
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