lunes, 3 de octubre de 2011

El Calcio y su Metabolismo



      El organismo humano adulto contiene entre 850 y 1500 g de calcio, que representan aproximadamente el 1.7% del peso corporal. El 99% está localizado en el tejido óseo, constituyendo con el fósforo un fosfato complejo llamado hidroxiapatita. El 1% restante está depositado en tejidos y fluidos. Siendo esencial este ultimo para regular funciones como irritabilidad neuromuscular, contracción muscular, coagulación sanguínea y
otras reacciones.
      El calcio del hueso esta en equilibrio dinámico  con el plasmático, mediante un continuo proceso de formación y resorción ósea.
      La masa ósea está determinada por factores genéticos, hormonales, nutricionales y actividad física.
      Desde el nacimiento existe, simultáneamente con el aumento del peso corporal, un incremento del contenido de calcio corporal que permite alcanzar en la tercera década de la vida un valor máximo de masa ósea. A partir de los 50 años comienza a disminuir con mayor intensidad en la mujer que en el hombre.
      El pico de máxima densidad ósea mineral dependerá de la ingesta en el crecimiento y condicionara la perdida posterior.
     

ABSORCION Y METABOLISMO

      El calcio de los alimentos es ionizado en el medio ácido del estómago y en el intestino interacciona con los demás componentes de la dieta. Según las características químicas de estos y el pH intestinal forma complejos de cuya solubilidad depende la absorción del calcio. Ciertos aminoácidos y péptidos, el ácido cítrico, la lactosa y algunos otros compuestos forman complejos que la favorecen, pero el oxalato, fitato, fosfato, ácidos grasos de cadena larga, fluoruro y componentes de fibra forman compuestos insolubles que la disminuyen.
      La absorción del calcio en el intestino delgado se da por dos mecanismos. Uno saturable, que predomina en el duodeno proximal y otro no saturable, que tiene lugar en todo el intestino delgado.
      El no saturable es independiente del estado nutricional y de la regulación fisiológica. Predomina en el yeyuno e íleon.
      El saturable esta regulado fisiológica y nutricionalmente por el metabolito activo  de la vitamina D. se lleva a cabo fundamentalmente en el duodeno y yeyuno proximal.
      Las necesidades de calcio están determinadas por las del esqueleto e implican un proceso adaptativo, cuya regulación está dada por el sistema endocrino y en la cual el intestino juega un rol fundamental.
      Con el objetivo de mantener los niveles de calcio en sangre dentro de los rangos compatibles con las funciones orgánicas, la vitamina D y la parathormona actúan a 3 niveles. Intestinal, renal y óseo. La vitamina D no es esencial para la absorción pero si para que mediante su regulación se puedan mantener las necesidades del organismo.
      Las vías principales de eliminación del calcio son, la urinaria y el sudor. A ingestas fijas de calcio y fósforo el aumento del consumo proteico ejerce un efecto calciurético.


INGESTAS RECOMENDADAS

     Para adultos, las recomendaciones de la FAO/OMS son de 400 a 500 mg diarios. Esto data de 1962. pero el NRC estableció que teniendo en cuenta las perdidas inevitables  del adulto mayor de 25 años oscilan entre 200 y 300 mg diarios y la absorción promedio es de 30 al 40 %. La cifra necesaria para cubrir dicha pérdida sería de 800 mg diarios.
      Los estudios de balance y de densitometría ósea han demostrado solidez a esta última cifra. Por otro lado estudios más actuales, han considerado la conveniencia de mantener hasta los 24 años ingestas elevadas (1200 mg diarios). De este modo se mantiene la capacidad de desarrollar el máximo potencial  genético y se reduce el riesgo de padecer osteoporosis en la etapa adulta.
      Lactante: las ingestas se han basado en el contenido de calcio de la leche materna, en el consumo promedio diario según la edad y en considerar que la absorción oscila entre 60 y 70 %, debido a la presencia en la leche de factores como lactosa, ácido cítrico, ácidos grasos de cadena corta, las características de las proteínas lácteas y la relación calcio/fósforo. Hay que tener en cuenta que la absorción puede ser menor cuando se usan fórmulas comerciales, sustituidas de la leche materna, elaboradas con leche de vaca, en las que la diferencia cualitativa y cuantitativa de los constituyentes alteran la biodisponibilidad del calcio.
      Embarazo: Las necesidades para el desarrollo fetal representan alrededor del 2.5% del total del calcio materno y pueden ser cubiertas a partir de un aumento de la resorción ósea. Pero para sostener el buen estado nutricional materno es necesario realizar un aporte extra de calcio que eleva a 1200 mg diarios.
      Lactancia: Se establecen en función a la producción de leche y del contenido de calcio, que es bastante independiente del estado nutricional materno. Esta cifra oscila en 1200 mg diarios.
      Situaciones especiales: El stress y la transpiración excesiva llevan aparejadas pérdidas de calcio superiores a las promedio normales que requerirán ingestas adecuadas a cada caso.


ALIMENTOS APORTADORES

      El calcio no es un mineral abundante en todos los alimentos. Son la leche y la mayoría de sus derivados los más ricos. Hay que tener presente que la manteca y la crema tienen mínimas cantidades y que el queso depende de cual haya sido su proceso de elaboración.
      La leche de vaca tiene menor contenido de calcio que la leche materna, así como también una menor relación calcio/fósforo. Por esto cuando se elaboran fórmulas para lactantes, se deben agregar sales de calcio.
      Pueden ser aportadores importantes hortalizas como la acelga o espinaca. También pescados que se consuman con espinas, como cornalitos, algunas semillas (Almendra, sésamo, etc.). Aunque en el caso de las verduras, la biodisponibilidad puede ser baja por la presencia de factores como los oxalatos, fitatos y componentes de fibra.
      En Argentina, se ha revelado un alto porcentaje de la población que no cubre las necesidades de calcio. Esto es por hábitos alimentarios como bajo consumo de lácteos y elevado de proteínas.



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